El frío del invierno puede suponer que nuestro toldo se vea afectado por las diferentes inclemencias que pueden presentarse a lo largo de éste, llegando a aparecer algunas sorpresas desagradables, como puede ser el óxido. Hoy, desde Toldelux, queremos hablaros sobre este tema.

Lo cierto es que hay varias formas con las que se puede evitar que nuestros toldos tengan óxido debido a los factores atmosféricos. Hay algunos que, directamente, ya salen de fábrica con un tratamiento especial que impide que estos puedan llegar a oxidarse.

Sin embargo, si el toldo no cuenta con este tratamiento, una de las formas con la que se puede prevenir esta aparición es utilizando aceites y otros productos lubricantes. Con ellos lo que se consigue es que se repela la corrosión que pueden causar tanto el agua como el oxígeno. Pero hay que tener en cuenta que, pese a todo, pueden no ser efectivos.

No obstante, incluso los toldos que cuentan con el tratamiento de anti oxidación pueden verse afectados dado que el efecto se va perdiendo con el paso de los años. Nuestra recomendación en este caso es que limpiéis las manchas de oxido lo antes posible, y ya no sólo por estética, sino porque se puede extender por el resto de la zona y llegar a perjudicar de forma definitiva la estructura del toldo.

Para poder hacer esto lo más idóneo es separar las distintas piezas del toldo ya que así se puede proceder mejor, pero esto no siempre es posible ya que depende de cómo sea el toldo en cuestión.

Esta tarea la podéis llevar a cabo de distintas formas, como, por ejemplo, lijando la superficie, aplicando vinagre y más adelante aceite de vaselina (para intentar que el óxido no vuelva a aparecer), o podéis optar por utilizar la pintura corrosiva, que evita la expansión y, al mismo tiempo, evita que aparezcan manchas nuevas.